Hechos en acrílico o metal (dependiendo del humor del universo), estos llaveros no solo guardan tus llaves: guardan historias. Son como talismanes ilustrados que dicen “este objeto es mío, y tiene carácter”. Algunos suenan al caminar, otros brillan, pero todos llevan contigo un pedacito de mundo Grimaldo. 

Pines en resina con alma metálica. Se prenden a tu chaqueta, mochila o espíritu y te hacen parte de una cofradía secreta de amantes del dibujo. También se forjen en metal, y van a ser tan resistentes como tu obsesión por coleccionarlos.  

Stickers en vinilo de calidad, con una capa protectora (sí, como si fueran soldaditos ilustrados). Son resistentes, aguantan trote, y se ven espectaculares sobre laptops, libretas o cualquier superficie que tenga complejo de aburrida. Pegarlos es un ritual, no me hago responsables de que termines queriendo más. 

Obras originales, creadas entre cafés fríos y noches de insomnio creativo. Acuarelas, tintas, lápices, digitales, acrílicos… Cada pieza tiene alma propia y más de un susurro escondido. Perfectas para colgar, regalar o quedártelas mirándolas con cara de "¿cómo rayos hizo esto?". 

Separadores ilustrados, listos para resguardar esas páginas donde perdiste la noción del tiempo. Resistentes, bonitos y algo mágicos: ideales para libros, agendas o incluso como mini-banderas secretas entre tus cosas. 

Encuadernadas artesanalmente, porque a veces las mejores ideas necesitan un refugio a la altura. Cubiertas en telas hermosas o con papel lleno de ilustraciones que aguantan la vida misma. Estas bitácoras están listas para ser cómplices de garabatos, confesiones, listas de mercado poéticas o el próximo bestseller que aún no sabes que vas a escribir. 

Historietas y novelas gráficas ilustradas a mano y corazón. No prometo héroes perfectos ni finales de cuento, pero sí aventuras que se escapan del papel, personajes que podrías invitar a un café (o temer en un callejón) y tramas que se te quedan pegadas como canciones viejas. 

Postales hechas en papeles de alta calidad, listas para viajar, ser coleccionadas o declarar guerras de amor. No necesitas pretexto para tenerlas: a veces basta con querer llenar un espacio con algo que grite belleza (sin hacer ruido). 

Afiches ilustrados que tienen la única misión de salvar paredes grises del aburrimiento crónico. Impresos con cariño en papeles firmes, son el equivalente visual a un buen riff de guitarra: intensos, memorables y un poco rebeldes. 

Camisetas ilustradas para quienes no se conforman con vestirse, sino que quieren contar historias con cada hilo. Con estampados de alta calidad y telas suaves como abrazo de nube, son perfectas para pasear, bailar o salvar al mundo (o al menos intentarlo). Ponte una y siente que no solo llevas ropa, llevas una pequeña obra de arte. 

Busos ilustrados que no solo calientan el cuerpo, sino también el alma. Cómodos, resistentes y con diseños que parecen sacados de un sueño loco, están hechos para quienes necesitan un escudo contra el frio y la rutina. Usarlos es como llevar puesta una historia que se mueve contigo.